La extraña muerte del cardenal Albino Luciani, el 29 de septiembre de 1978, quien apenas tenía 33 días desempeñándose como Papa, con el nombre de Juan Pablo I, causó un gran revuelo en las altas esferas vaticanas –se afirmó y se sigue diciendo, que murió asesinado o mejor dicho envenenado- así como en todo el mundo católico, asombrados y conmovidos los creyentes por tan infausto acontecimiento.
Todo ello puso de manifiesto que en el Estado Vaticano “no marchaban bien las cosas”, aparte que el primado de la Iglesia gozaba de excelente salud. El cardenal Jean Villot, erigido en chambelán, no permitió la autopsia del Papa, provocando muchas críticas y suscitando numerosas dudas; la incógnita ha trascendido hasta nuestros días.
Un día antes de su deceso Juan Pablo I había destituido al cardenal Villot, de su cargo de jefe del Banco Vaticano, y muchos aseguran que ello fue la causa del homicidio del Papa; también salio a la luz pública la rivalidad existente entre los jesuitas y los “masones blancos”, o sea el Opus Dei, ambas organizaciones pugnaban por mantener su particular influencia sobre el máximo jerarca del catolicismo.
A Luciani lo sustituye el cardenal polaco Karol Wojtyla con el nombre de Juan Pablo II, contando con el apoyo y confianza de la institución que fundara en 1928, José María Escrivá: el temible y poderoso Opus Dei.Después de lo descrito, se suceden una cadena de asesinatos y homicidios altamente sospechosos. El 29 de enero de 1979 es asesinado por un comando el magistrado de Milan, Emilio Alexandrini, quién investigaba a Roberto Calvi jefe del “quebrado” fraudulentamente Banco Ambrosiano –propiedad del Vaticano-, y sobre quien caían las responsablilidades.
El 21 de marzo del mismo año resulta muerto de un disparo en la boca, el abogado y periodista Mino Pecorelli, ex miembro de la logia P 2, después de hacer pública una lista de 500 “masones católicos” y otras “cosillas”. El 11 de julio siguiente es ajusticiado Giorgio Ambrosoli, personaje que reveló los vínculos de Michelle Sindona con Calvi y el Banco Ambrosiano; y dos días mas tarde muere en un atentado el teniente coronel Antonio Varisco, jefe de seguridad de Roma. La “olla de podredumbre” se destapó en el Vaticano; las relaciones entre altos funcionarios del Vaticano con organizaciones “tenebrosas” como la “mafia”, “camorra” y “cosa nostra”; salen a flote.
Los nombres de Michelle Sindona, Roberto Calvi y Umberto Ortolani, aparecen denunciados en los medios de comunicación; Calvi –“el banquero de Dios”- es acusado de desfalco, desvío de fondos y lavado de dinero; es detenido y se dice que quiso colgarse en la cárcel; no se sabe como salió, pero su cuerpo apareció ahorcado –o mejor dicho suicidado-, en Londres el 18 de junio de 1982. Sindona fue sentenciado y extraditado desde Estados Unidos, muriendo al poco tiempo envenenado en la prisión. El caso de Otolani ha quedado “debajo de la mesa”.
Otro gran implicado fue el cardenal Paul Marcinkus, protegido por Juan Pablo II, quién manejó las finanzas vaticanas por más de 20 años, murió a los 84 años el 21 de febrero de 2006. El caso del Banco Ambrosiano no fue investigado, el Estado Vaticano asumió la pérdida de mas de 1300 millones de dólares y siempre constituirá una “mancha” en la gestión de Karol Wojtyla, Juan Pablo II.El país mas pequeño del planeta –solo ocupa 0,44 hectáreas-, es al mismo tiempo uno de los más poderosos en recursos económicos, Nadie sabe que y cuanto se guarda celosamente en las bóvedas subterráneas vaticanas; algunos privilegiados –que han podido ver algo- aseguran que la colección de arte que allí se encuentra cuesta “todo el dinero del mundo”.
Se especula sobre las riquezas papales, se dice que hay miles de barras de oro, toneladas de piedras preciosas y otros tesoros; algunos maledicientes atrevidos, afirman que en los años ´40, el Fuhrer Adolf Hitler y Su Santidad Pío XII, hicieron un pacto secreto en el sentido de depositar –en calidad de custodia- en el palacio de San Pedro cuantiosos bienes, producto de sus rapiñas contra los judíos –lo de la reunión es rigurosamente cierto- mediterráneos, y especialmente de los que residían en Italia. Secretos solamente secretos…
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